viernes, 13 de enero de 2012

Guardianes del Pensamiento Critico


Ricardo Forster, uno de los mayores referentes de Carta Abierta, responde a los planteos formulados por los intelectuales de Plataforma 2012. El texto no deja de llamar la atención sobre algunas contradicciones del grupo, sus objetivos y algunas similitudes históricas con lo sucedido durante el primer peronismo. El texto completo puede leerse acá. A continuación una parte:


Estos “críticos” han decidido detenerse, con una retórica que se viene repitiendo desde los tiempos del conflicto con las patronales agromediáticas –conflicto, esto hay que recordarlo, que encontró a algunos de los firmantes de la “Plataforma” del lado de los dueños de la renta agraria–, en una lista de acciones u omisiones que pondrían al Gobierno del lado de la derecha (¿cuál? ¿la del neoliberalismo?, ¿la de los grandes medios de comunicación en donde suelen publicar sus columnas algunos de los adherentes más conocidos de la “Plataforma”?; ¿la del desarrollismo de derecha de los Duhalde o los Macri?; ¿la de la política exterior estadounidense que considera a Chávez una suerte de terrorista, a Evo un cómplice del narcotráfico y a Correa un censor de la prensa libre?; ¿la del sentido común de ciertos sectores de la clase media que sienten un odio visceral ante un gobierno de “corruptos y demagogos” que les recuerdan al populismo tan odiado?; ¿la del mundo financiero que nunca terminó de digerir la recuperación de la jubilación estatal y la disolución de la estafa de las AFJP?; ¿la de los patrones agrarios y sus aliados sindicales que se indignaron ante la aprobación de la ley del peón rural?; ¿la de los banqueros europeos que han logrado destituir la política democrática en Grecia e Italia para reemplazarla por la acción de los tecnócratas?)

Sería muy interesante que, además de despotricar contra el kirchnerismo, pudiesen aclarar dónde se colocan y qué proyecto político defienden y, claro, con quién esperan llevarlo a cabo a la hora de combatir contra los poderes reales, esos que en general han saludado alborozados la aparición de este grupo de intelectuales “críticos” capaces, así lo esperan, de disputarle a Carta Abierta su lugar de preeminencia.


¿De qué hablan estos “críticos” cuando se dedican con especial fruición a intentar desenmascarar, así lo creen, a un gobierno “reaccionario” que ha logrado el apoyo del 54% del pueblo impulsando políticas de reparación social como no se veían en el país desde, al menos, medio siglo? ¿Para su peculiar interpretación de los acontecimientos populares, el festejo multitudinario del Bicentenario y la emotiva despedida masiva a Néstor Kirchner fueron apenas dos geniales puestas en escena (cargadas de hipocresía y cinismo de parte de un poder convertido en represor y, a estas alturas, en asesino serial de luchadores populares) por parte de la máquina propagandística “hegemónica” del Gobierno? ¿Están acaso todos los firmantes de acuerdo con Beatriz Sarlo, que ha desplegado una “ingeniosa interpretación” de la viudez de Cristina y de sus “dotes dramatúrgicas” reduciendo la política a mera escenificación estética? ¿Están sinceramente convencidos de que el Gobierno se ha convertido en un represor a tiempo completo haciendo del asesinato de militantes populares su pasatiempo favorito?

Lo inverosímil es proporcional a la ceguera histórica. Sus argumentos son una mezcla de retórica liberal-republicana con izquierdismo de manual al que le agregan una extraña tendencia a dejar sin siquiera analizarlo el giro histórico que se ha producido en la Argentina desde mayo de 2003 o, más bien, acelerando una argumentación acérrimamente negadora, prefieren hacer de cuenta que el kirchnerismo no ha sido otra cosa que una extraordinaria pantomima simuladora, una suerte de ficción espléndidamente narrada por dos magos del arte de la prestidigitación. Sencilla y terminantemente en nuestro país todo sigue tal cual o peor que en los ’90. Les falta la retórica que hizo del primer peronismo nuestro “nazi-fascismo” autóctono y nos hallaríamos ante un sorprendente caso de repetición malsana de la historia.


Y esta rápida enumeración –que hice al comienzo de este artículo– de políticas de gobierno de una trascendencia indisimulable no supone cerrar los ojos ante lo que todavía no se hizo o ante decisiones equivocadas de parte de un proyecto político que tuvo que hacerse cargo del país en su momento más crítico y desmembrado, cuando el horizonte estaba completamente cerrado y la reparación del pasado, en términos de justicia y verdad, parecía una quimera o era la evidencia de un expediente cerrado que a pocos importaba reabrir.

Señalar lo que falta, destacar los errores cometidos y criticar leyes que no expresan el espíritu democrático (como la recientemente aprobada ley antiterrorista o la necesidad de dar una discusión más amplia y a fondo sobre la megaminería pero eludiendo, eso sí, las pastorales ecologistas que suelen desentenderse de la problemática de aquellas sociedades a las que se le niega la minería pero sin ofrecer nada a cambio, así como también avanzar sobre una ley de tierras rural y urbana que garantice el acceso a quienes lo tienen vedado) supone un rasgo fundamental que no ha sido desconocido durante estos años y en espacios próximos al propio kirchnerismo e, incluso, a quienes son parte de él (allí está la última producción escrita de Carta Abierta para dar cuenta de lo que significa adherir sin dejar de señalar los problemas, las carencias y lo que falta).

Pero una cosa es ejercer la perspectiva crítica y otra muy distinta es acoplarse, bajo una retórica que se quiere progresista, a la andanada de voces provenientes del espíritu restauracionista que no busca otra cosa que destituir una experiencia, la kirchnerista, que ha reabierto las posibilidades de un proyecto de matriz nacional, popular y democrático en un país que había perdido todas las esperanzas.

Enfatizar la lógica denuncialista es persistir en un ya gastado recurso despolitizador, ese mismo que les permitió a muchos “progresistas” de los ’90 asumirse como los grandes críticos de un sistema corrupto para, una vez girado el tiempo de la historia, terminar escribiendo sus diatribas antigubernamentales desde las usinas mediáticas del liberal conservadurismo. Otra cosa sería ir al debate sin ese prejuicio que les impide, en el fondo, sustraerse a una repetición malsana.


La mirada en espejo nos ofrece, si sabemos ser observadores desprejuiciados, interesantes paralelismos allí donde es posible y necesario comparar distintas épocas. ¿Resulta acaso exagerado señalar que el grupo “Plataforma 2012”, autoerigido en defensor del pensamiento crítico y autónomo mientras lo que prevalece en el país, eso dicen sin ruborizarse, es una suerte de cóctel de “discurso hegemónico” y de “construcción de un relato oficial” monocorde, se dedica a denostar, utilizando todos los recursos de la tachadura de larga tradición en ciertas izquierdas, a un gobierno que, al menos, le cambió el rostro a una sociedad en estado de indigencia política, moral, económica y social, y que esa radical negación se asemeja a lo que, en otro contexto de nuestra historia, se hizo con el primer peronismo y también en nombre de una izquierda, a la que ese nombre le queda demasiado holgado, siempre lista para afirmar que lo único valioso es lo que no se hizo mientras se vuelve ciega para lo evidente?

Tal vez, y ése sea nuestro error, no sabíamos de la existencia de quienes son los custodios intachables del pensamiento crítico.

miércoles, 11 de enero de 2012

Argumentos

Continúan las repercusiones respecto de la presentación de Plataforma. En el blog Titando al Medio aparece la siguiente carta:

Argumentos para una mayor igualdad
Publicado por Gerardo Fernández

Esta carta pretende escapar a una falsa polarización. Quienes firman Plataforma, quienes adhieren y promueven Carta Abierta y quienes firmamos estos “Argumentos” afirmamos desear que la Argentina sea una sociedad más igualitaria. ¿Cómo es posible que nuestro diagnóstico acerca de lo que sucede en el país sea tan distante del de Plataforma?
El pensamiento crítico, que reivindicamos, distingue entre cualidades diferentes, se adentra con cuidado en procesos complejos. No descalifica a los adversarios o a quienes piensan diferente: construye argumentos. Quienes firmamos este texto creemos que es urgente desplegar un debate franco, que busque reconocer los matices y complejidades del proceso actual.
Cuando se parte de una presuposición, por ejemplo que este gobierno es calamitoso o maravilloso, y de ello se deriva que todo lo que haga ese gobierno tendrá esa misma cualidad, se está renunciando al análisis político y a la principal función de la crítica, que es la capacidad de distinguir.
Los firmantes de Plataforma 2012, con algunos de los cuales hemos compartido muchas luchas, parten de una idea que consideramos equivocada: este gobierno es nefasto y sólo hace cosas nefastas. Vamos a detenernos en las principales afirmaciones:

1 “Se ha profundizado la desigualdad”. Esto no puede afirmarse y menos aún al pasar. Los compañeros saben que hay distintas formas de estudiar la distribución del ingreso y que en cualquiera de ellas la desigualdad no se ha profundizado desde 2003 a la actualidad. La Asignación Universal, la ampliación de las jubilaciones, la reducción del trabajo precario (aún modesta para los objetivos que deben plantearse) ayudaron a eso. Las tan vapuleadas retenciones y el Impuesto a las Ganancias (aunque está pendiente una reforma impositiva) mejoran la distribución. Además, leyes como el matrimonio igualitario o del peón rural reducen otras desigualdades. Nos parece muy preocupante que se realice una afirmación tan grave sin análisis ni datos. ¿Acaso Plataforma no pretende convencer a los que piensan distinto?

2 Vemos con idéntica preocupación a la de los compañeros que desde los hechos del Parque Indoamericano en 2010 y la represión en Formosa, comience a agrietarse una de las grandes conquistas democráticas posteriores a los asesinatos de Kosteki y Santillán. Nos referimos a la máxima, tan criticada por los medios masivos, de que la policía concurra sin armas a las protestas sociales. El primer quiebre fue el asesinato de Fuentealba, con evidente responsabilidad de la policía provincial, que produjo una protesta de la CTA y de la CGT (incluyendo paro de actividades). El asesinato de Mariano Ferreyra, con gran repercusión, está siendo investigado y produjo la inédita consecuencia de un secretario general gremial preso. Ese hecho parece no existir para Plataforma. Por nuestra parte, consideramos imprescindible que el gobierno nacional tenga una política consecuente con su política de derechos humanos en relación con los asesinatos ocurridos en Jujuy, Santiago del Estero, Formosa y otras provincias. Una política que logre retrotraernos a la situación previa a los primeros muertos en protestas en las provincias. Creemos firmemente que es necesario que todas las organizaciones sociales, sindicales y de derechos humanos tomen esta cuestión como central en su agenda. Ese es el desafío no sólo para el Gobierno, sino también para muchos actores de la sociedad argentina.

3 Todos los gobiernos, de izquierda o de derecha, construyen relatos. La pregunta no es si los intelectuales se sienten interpelados por esos relatos. La pregunta crítica es qué habilitan y qué obstruyen dichas narraciones. Honestamente, entre quienes apoyan las principales medidas de los últimos años, vemos énfasis bastante distintos, comentarios críticos, disputas relevantes e irrelevantes. La crítica a la ley antiterrorista ha sido la muestra más reciente de lo que afirmamos: hay un debate público. No vemos un discurso único, salvo que así parezca el acuerdo profundo en enfrentar los discursos de aquellos economistas que quieren llevar a este país a los años noventa.

4 Existen disputas por la legitimidad política muy asociadas con los procesos de distribución económica. Y esas luchas son verdaderamente complicadas. No sólo porque una corriente progresista, que ha tenido diferentes capítulos en la historia del país, siga creyendo que las mayorías populares están engañadas, dado que han manifestado su apoyo a pesar de la supuesta “profundización de la desigualdad”. También, y principalmente, porque los poderes económicos y corporativos son mucho más reales de lo que un lector de la Plataforma podría suponer. En su texto no mencionan sus tensiones con el Gobierno: esas tensiones serían “puro relato”. Pero todos hemos visto actuar a los grupos rurales, eclesiásticos, a los medios, a transnacionales, fondos buitre y gobiernos extranjeros. ¿Qué fueron esos hechos? ¿Pura ficción?

5 Hoy se despliega en el país una tensión y una disyuntiva entre una concepción neodesarrollista, que en el fondo cree que mayores formas de inclusión y justicia serán alcanzadas gracias al crecimiento económico y una concepción igualitarista que cree en un desarrollo integral, económico, social, ambiental y cultural. Para evaluar hacia dónde nos lleva una ley o una política, no es suficiente mirar quién la vota: es imprescindible analizar sus efectos o no de transformación social.

6 Que haya acciones y metodologías del Gobierno que no compartamos (el Indec, la minería contaminante) no nos lleva a creer que exista hoy en la Argentina la posibilidad de una construcción de izquierda que insista en desconocer los avances logrados en estos años. Un pensamiento crítico comprometido con lo que hay que lograr, pero también con lo logrado, intervendrá activamente en el debate acerca de lo que falta, que es un avance cualitativo en todos los terrenos de una mayor igualdad.
Quienes creen que nos encontramos ante el demonio y que todo lo que vivimos es solamente una fantochada, una puesta en escena, cometen el error de persistir en un análisis que elude los temas centrales de las políticas del Gobierno y también hacen silencio ante el papel de los poderes a los que se enfrenta. Ese error profundiza la idea de que hay dos trincheras. Cuando tengamos un debate con matices, percibiremos que no serán los mismos los argumentos de los compañeros de Carta Abierta (que no pueden ser calificados como “voceros del Gobierno”) que los de Plataforma, pero tampoco los de sus integrantes. Quien conoce a las personas por sus trayectorias, sus hechos y sus dichos sabe que es bueno siempre juntarse, con el riesgo de que en el entusiasmo transmitido de unos a otros esa ausencia de matices pueda terminar en rejunte.

Alejandro Grimson, Victorio Paulón, Jorge Gaggero, Florencia Abbate Roberto Pianelli, Alicia Azubel, Sandra Arito, Eduardo Menajovsky, Claudio Ingerflom, Luisa Valenzuela, Norma Díaz, Paula Abal Medina, Rita Segato, Gustavo Tieffenberg, Jorge Sarquis, Osvaldo Pedroso, Gerardo Aboy Carlés, Hugo Rapoport, Karina Bidaseca, Ariel Lupo, Laura Malosetti, Marta Dujovne, Jorge Kors, Nicolás Escobari, María G. Rodríguez, Damián Pierbattisti, Alejandro Falco, Estela Maidac, Alexandre Roig, José Lipovetzky, Nicolás Freibrun, Eduardo Smalinsky, Alcides Chiesa, Liliana Lukin, Víctor de Zavalía, Horacio Feinstein, Ana Cambours de Donini, Sonia Otamendi, Leda Schiavo, Sebastián Pereyra, Hugo Germano, Gabriel Noel, Daniel Mundo, Pablo De Biase, Ana Castellani, Martín Plot, Gustavo Dalmazzo, Juan Lo Bianco, Sergio Caggiano, Irma Zacaria, Juan Luis Fornero, Débora Gorbán, Cora Arias, Tukuta Gordillo, Graciela Jacob, Ariel Wilkis, Philip Kitzberger, Generación Política Sur, Juan Carlos Marín

domingo, 8 de enero de 2012

Afinando el debate







Pasado el momento de la presentación, chicanas, críticas e ironías respecto de la aparición de Plataforma 2012 (algunas de ella muy merecidas), llega la hora de ir apreciando un poquito mas en detalle qué es lo que pone sobre la mesa este grupo de intelectuales que adopta una mirada crítica hacia el gobierno y Carta Abierta.



Maristella Svampa y Roberto Gargarella publican hoy en Perfil una nota en la que afinan un poco mas (no mucho) lo que se planteaba en el documento inaugural, y que puede verse acá.



Sobre algunas de las críticas que desarrollan: ausencia de distancia crítica, responsabilidad del gobierno nacional en represiones provinciales, en la sociedad con los grandes poderes económicos en torno al "consenso de las commodities", Anibal Jozami y Mario Goloboff les responden acá y acá (al final).



A su vez, Horacio Gonzalez realiza algunas apreciaciones en torno de la carta inaugural a la vez que cuestiona el tono peyorativo con que el grupo se refiere a los integrantes de carta abierta. Puede leerse acá.



Particularmente creo que era hora que aparecieran otras voces que colaboraran en levantar el nivel de debate en torno al proyecto de país y a los senderos que estamos transitando. Está bien que te corran por izquierda.



jueves, 5 de enero de 2012

Hoy un juramento, mañana una traición


La Nación de hoy publica una nota referida a un grupo de intelectuales nucleados bajo el nombre de Plataforma 2012, que cuestionan las políticas del gobierno y a Carta Abierta.

Pero hoy mismo comenzaron los reproches e internas en su interior, tal como vemos en estas palabras de Guillermo Saccomanno:


Conozco a Norma Giarracca desde fines de los sesenta, cuando compartíamos las ideas que sustentaban las Cátedras Nacionales, una concepción que reinvindicaba el pensamiento y los hitos de lucha del movimiento nacional y popular – leáse el peronismo - que hoy encuentra, entre uno de sus cauces, el kirchnerismo. Digo uno, porque no es el único. Norma, investigadora de las problemáticas rurales, comprometida con los derechos humanos, denunciante de los crímenes que este gobierno viene procurando disimular, me convocó hace unos días para firmar entre los adherentes a la movida “Plataforma 2012”.


Tan indignado y estupefacto como ella quedé al enterarme por La Nación que la oportunista Beatriz Sarlo se adjudicaba la maternalidad de la misma concediéndose el rol de referente. Beatriz Sarlo encarna la figura del autoritarismo y oportunismo intelectual. De haber estado al tanto de que la errática Sarlo adquirir protagonismo mediático arrogándose esta “Plataforma” en el diario ideólogo de los genocidios nacionales, sin duda muchos no habríamos participado de esta movida cuyos objetivos son antagónicos con el de esta escriba y vocera del poder.


En consecuencia varios de los que adherimos a “Plataforma” estamos retirando nuestra firma. Seguí jugando solita, Beatriz.


Paralelamente, Norma Giarracca comentó lo siguiente:




Bueno, que te publicite el mitrismo algún costo tenía que tener.