Hace un tiempito mencionabamos que el macrismo beneficiaba a los colegios de gestión privada perjudicando, como contrapartida, a los del sector público que ni siquiera ven cubiertas sus mas básicas necesidades edilicias.
Creemos que ello es indicador de la concepción de Mauricio acerca de lo social. Sobre todo si lo vinculamos con la existencia de un grupo parapolicial como la UCEP, destinado a maltratar, hostigar y reprimir a los sectores de menores recuros que afean la imagen de la ciudad.
Para completar la imagen, nos enteramos del proyecto que el jefe de gobierno ha presentado en contra de las terribles mafias comandadas por limpiavidrios y trapitos. Mas allá de que es evidente que se intenta cambiar el eje de discusión, en momentos que resulta muy probable que Macri sea citado a declarar por el caso de las escuchas telefónicas, hay un par de cuestiones que valen la pena destacar.
Resulta llamativo que dicha medida aparezca cuando se conocen los resultados beneficiosos que la Asignación Universal por Hijos tiene para mas de 3 millones y medio de beneficiarios, sin dudas el mismo sector social al que las autoridades de la ciudad pretenden reprimir.
El pretexto para una medida de este tipo es el de atacar la inseguridad en la ciudad. Confunden, de esta manera, delincuencia con trabajo informal. Probablemente la emprendan luego con feriantes y vendedores ambulantes. Si tenemos en cuenta que esas actividades no son mas que una salida laboral ante la ausencia de mejores opciones, su prohibición logrará cualquier cosa menos evitar la supuesta inseguridad.
Probablemente con este proyecto busque aglutinar detrás suyo a toda la derecha que se opone a la inclusión social de los mas desposeídos, intentando mostrar la existencia de uno diametralmente opuesto al de los K.
Pero el odio social que deja ver una medida de este tipo va en línea con todo un sector de la sociedad porteña que interiormente siente que esos "negros de mierda" les arruina las salidas.
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