Durante cuatro años nos joden con que Premier League, con que la Liga de las Estrellas, con que el Calcio y otros productos marketineros donde el poder del dinero les permite beneficiarse del talento extranjero, sudamericano en particular. El extremo se manifiesta en clubes que practicamente no tienen jugadores de su propio país.
Pero llega el mundial y esos sueños de superioridad se desvanecen mas temprano que tarde. Así, vimos desfilar a Italia, Francia, Inglaterra, Suiza, Dinamarca, Serbia, Grecia y Eslovenia. Y las excepciones son mas producto de la tradición que otra cosa.
Por el lado de Latinoamerica, salvo Honduras, sin tradición futbolística, todos pasaron a octavos de final y dos ya se encuentran en cuartos.
En algun momento esto va a generar consecuencias, y lo mas probable es que decante por dos vías, no necesariamente contradictorias:
2. Seguir manijeando el mundial de clubes y vaciar de a poco el de selecciones.
Mientras ellos se ponen de acuerdo y sufren en Sudáfrica, desde la ciudadela Latinoamericana observamos con placer el desempeño de nuestras selecciones.
Con el mismo placer que sentimos al informarnos que en el viejo continente, en el centro del mundo, están probando la misma medicina que nos dieron durante largos años, y se escucha con demasiada frecuencia hablar de ajuste, reducción del gasto público, y otras exquisiteces.
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