domingo, 14 de marzo de 2010

Diferencias


El Jueves pasado me encontraba tomando unos mates en la sala de profesores de una institución educativa y casi sin querer, a dos metros escuchaba la conversación de algunos/as colegas. Alguno/a se preguntaba por que en Argentina los políticos no podían actuar junto igual que sus colegas de Chile. Me acerqué e hice un comentario, pero no pudimos seguir charlando pues debíamos entrar a clase. Por lo tanto escribo aquí un par de ideas que creo explicarían, en parte esas diferencias.

La finalización de los gobiernos militares en ambos países es por demás divergente. En Argentina los militares se fueron cayendo aceleradamente luego de la guerra de Malvinas, y esa caída les hizo perder todo tipo de consenso en la población, al extremo que cuando establecieron una ley de amnistía no pudieron mantenerla una vez reestablecida la democracia. Los chilenos se fueron mucho mejor parados varios años después. Pero antes de proceder a su retirada Pinochet no solo contaba con una gran cantidad de fervientes simpatizantes sino que pudo llevar a cabo una serie de condicionamientos al poder político (reconocerlo como senador vitalicio entre otros) que impidieron su juzgamiento. No fueron pocos los que desde el país hermano se horrorizaban cuando Alfonsín decidió llevar a juicio a las juntas militares.
El efecto de ello fue que la subordinación de los militares al poder político se fue afianzando mucho más en nuestro país.

Y fueron los militares los que sentaron las bases del modelo neoliberal en los dos países. En este aspecto (relación con el neoliberalismo), la diferencia mas notoria tiene que ver con que en Chile, la Concertación aun no ha puesto en cuestión los principios de dicho modelo. Seguramente la causa se encuentre ligada a las diferentes condiciones señaladas respecto de los militares chilenos respecto de los argentinos. Aun cuando entre las principales opciones de gobierno encontremos grandes diferencias, estas no encuentran sus mayores expresiones en el respeto o no de los principios del modelo. Baste señalar un par de hechos recientes para graficar lo anterior: Por un lado, la militarización producida en las zonas afectadas por el terremoto ante los primeros saqueos de supermercados por parte de una población desesperada, colocando la defensa de la propiedad privada por sobre cualquier otra consideración. Por el otro, un dato que salió en el suplemento Cash, de Pagina12 el día de hoy, donde se señala que gracias al Código de Trabajo, los empleadores que sufran las consecuencias inesperadas de terremotos, toques de queda, etc. Pueden despedir a sus trabajadores sin indemnizaciones (y de hecho han comenzado a hacerlo) agregando otro motivo de sufrimiento a la población de las zonas desvastadas.

En Argentina, si bien para muchos en forma tibia, desde 2003 se desarrolla un proceso que contraría algunas de las líneas que se desarrollaron desde 1976. Y por primera vez en muchos años la verdadera línea divisoria entre gobierno y oposición está dada por el papel que debe jugar el Estado y el modelo de desarrollo que se impondrá en los próximos años.

Hoy no aparece posible la repetición en nuestro país de la relación entre los presidentes saliente y entrante de Chile. Pero lejos de vincularlo a una cuestión de modales deberíamos verlo como la consecuencia de defender con fervor militante a los sectores que se pretende representar. En otras palabras, si la Concertación hubiera llevado a cabo medidas de la importancia de la Ley de medio, Asignación Universal por Hijo, Estatización de las AFJP, etc, Piñera no tendría muchas ganas de reunirse a los abrazos con Bachelet y los portavoces del poder económico concentrado no se quejarían de eso.

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