domingo, 18 de abril de 2010

Elefante en un bazar



En todas partes se analiza la actual situación socio política dando cuenta de un cambio de clima que involucra a amplios sectores, incluída la clase media. Como bien se señala en tirando al medio, el papel que en este proceso tiene el uso de internet no debe ser desestimado.
Las movilizaciones que surgen a partir de la convocatoria desde el espacio virtual son evidencia del fenómeno.


Dice Gerardo Fernandez "mucha gente se fue acercado a otras vías de acceso a la información y empezó a comprobar en su propia experiencia que no todo era como estaba creída que era, y ahí se empezó a gestar una toma de conciencia muy fuerte que visualiza básicamente en Clarín al gran responsable de haber vivido engañada por décadas".


Es que durante muchos años Clarín pudo hacer uso de su posición dominante imponiendo temas, vetando otros, quebrar a la competencia, disciplinar a gran parte de los sectores políticos y económicos en función de sus intereses, que con exito presentaba como los de "la gente". En este sentido, su transformación en un gigante le trajo enormes beneficios. Al límite que nadie, o casi nadie, osaba enfrentarlo. Y como contracara, una sociedad adormecida en los titulares de la neolengua impuesta por el grupo.


Pero el gigantismo tambien genera pérdida de reflejos para adaptarse a los cambios de circunstancias. Es por eso que ante los sucesivos golpes que viene recibiendo (Ley de Medios, movilizaciones en su contra, muy posible identificación de los hijos de Ernestina como apropiados, cuestionamiento de la adquisición de papel prensa) solo supo responder de la manera en que lo hizo antaño.


El funcionamiento ante la adversidad se parece bastante al de un elefante en un bazar. Mas aun en una sociedad como la actual, en la que todo fluye de manera vertiginosa. Del otro lado, la utilización de internet y sus herramientas por parte de miles de personas que al instante y con poquísima infraestructura ponen en cuestión los manejos del grupo no hace mas que demostrar que, aunque fueran concebidas como instrumento de dominación, su apropiación puede darse en función de los intereses populares.


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