jueves, 4 de febrero de 2010

Los costos de la Traición




Al final nuestro amigo el vicepresidente comenzó a pagar algunos costos por su conducta de principal opositor en el centro del oficialismo. Basta leer algunos comentarios de los que hace horas, nomás, lo idolatraban y ponderaban como el San Martin de nuestra época.

El tipo se vio metido en una disyuntiva de hierro. O reprobaba la remoción de Redrado y agigantaba las acusaciones de conspirador de parte del gobierno, que la presidente acrecentó hace unos días, o apoyaba el despido y sus competidores lo dejaban pegado con el oficialismo. Sucedió lo segundo, demostrando que la suspensión del viaje a China de Cristina fue una jugada que rindió sus frutos.

La crítica que recibe de Carrió, Solá, Macri y algun otro es entendible debido a que son competencia directa para el 2011. Pero la posición de los dirigentes de la UCR demuestra que su conducta de traidor serial solo aumenta los cuidados de sus aliados de ocasión. No hace falta ser muy inteligente para imaginarse que a estas horas muchos radicales estarán dudando, para decirlo suavemente, del compromiso de Cobos con el partido si alguna vez llega al gobierno.

Leyendo algunos diarios nos encontramos que, por una de esas volteretas a que nos tienen acostumbrados los grandes opinadores como Joaquín, en este tema es mas importante sostener la conducta partidaria (caso Prat Gay) que la libertad de conciencia. Todos sabemos que cuando se trata del oficialismo esa escala de valores se invierte, sobre todo si la libertad de conciencia lleva a votar contra los Kirchner.

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